ESPAÑA
Los testamentos de Elcano y Magallanes
Se acogió en la Casa de América la presentación de los testamentos de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián de Elcano. Esta publicación conmemorativa del V Centenario de la primera vuelta al Mundo es obra de la editorial Taberna Libraria y está limitada con acta notarial a 500 ejemplares. J. A. Martínez Sanchiz, presidente del Consejo General del Notariado, es autor del prólogo de la obra.
El acto fue presentado por el director general de Casa de América, Enrique Ojeda, y contó con las intervenciones de Santiago Barber, contralmirante, asesor del Jefe del Estado Mayor de la Armada y secretario de la Comisión de Defensa del V Centenario de la primera vuelta al mundo; José Ángel Martínez Sanchiz, presidente del Consejo General del Notariado y autor del prólogo de la obra; Juan Gil, filólogo y miembro de la Real Academia Española; Manuel Romero, catedrático emérito de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Sevilla; Borja Aguinagalde, archivero y miembro de la Real Academia de la Historia y Clotilde Olaran, historiadora del Cuerpo Facultativo de Archiveros y Bibliotecarios.
A. Martínez Sanchiz destacó que ambos testamentos «reflejan los sentimientos y preocupaciones que alimentaban a esos hombres». Y señaló algunas diferencias entre esos documentos y los que hoy se realizan, como por ejemplo «las cláusulas piadosas que recogen la encomienda de misas, que abarcan buena parte de su contenido. Parte de los bienes se dedica a obras pías -como ocurre en el testamento de Magallanes- para asegurar la llegada al cielo por parte de los testadores. Este tipo de disposiciones indican cierta desconfianza hacia la familia: no se confía a los deudos las misas necesarias. El testamento deviene capital, es un pasaporte para el cielo, un puente entre lo temporal y lo celestial. Con los años desaparecen esas disposiciones que ya se confían a familia o albaceas».
El presidente del Notariado resaltó la calidad de la obra, que reproduce fielmente «simbologías como la de la Trinidad y los apóstoles o las treinta misas que corresponden a los años que vivió Jesucristo». Por último, destacó el papel de los notarios «en la conservación de estos documentos, que han llegado cinco siglos después a nuestras manos.
También me gustaría destacar la labor de los contadores de la época, que ejercían la fe pública extra notarial en situaciones bélicas».
Enrique Ojeda señaló que «la Casa de América cumple este año su trigésimo aniversario acercando América Latina y España, estrechando ese vínculo desde distintos ámbitos. Las bases más sólidas para hacerlo son nuestro idioma común y la historia compartida; en este sentido, la gesta de Magallanes y Elcano es clave por la repercusión que tuvo para la Corona española en todos los aspectos».
Santiago Barber puso de manifiesto que «la expedición de Magallanes y Elcano es la navegación más paradigmática de la Era de los Descubrimientos. La travesía encaró el Atlántico superando motines, encallamientos, deserciones y el invierno austral para adentrarse en el Pacífico con más penurias, como el escorbuto y batallas contra indígenas en Filipinas. Esta navegación épica e inverosímil por aguas nunca navegadas del Índico y el Atlántico Sur ha sido conmemorada por la Armada por nuestro buque escuela -el Juan Sebastián Elcano- en un crucero de instrucción que dio la vuelta al mundo replicando la misma ruta que la realizada hace cinco siglos».
Juan Gil señaló que «el testamento de Magallanes reveló las lógicas preocupaciones que embargan a todo aquel que está a punto de emprender un largo y peligroso viaje (el lugar de su enterramiento, el porvenir de su familia)».
Sobre las últimas voluntades de Elcano, Manuel Romero indicó que «un joven de 18 años, su criado, Andrés de Urdaneta, el que luego sería un gran cosmógrafo, formulario en mano, atrapó en tinta momentos, palabras, vivencias y afectos de su agonizante amo y amigo. El texto rezuma su modo de hablar».
Sobre los usos heráldicos, Borja Aguinagalde apuntó que ambos navegantes «tienen muy presentes su valor y significado, y se preocupan de que sus armerías familiares ocupen el lugar que les corresponden».
Clotilde Olaran puso de manifiesto que las ciudades natales de los capitanes, Oporto y Guetaria, se han convertido en «dos lugares para la Historia. Dos puertos que quedarán como referencia permanente en la Historia de la navegación y de los descubrimientos”.
La redacción de ambas escrituras tuvo lugar en circunstancias muy diferentes: Magallanes lo firmó sano y salvo en los alcázares de Sevilla; el de Getaria, enfermo y a bordo de la nave Santa María de la Victoria, en el Océano Pacífico. Los documentos permiten conocer el diferente carácter de ambos capitanes y recogen sus últimas voluntades, encomendando su alma a Dios, disponiendo el destino de su cuerpo y bienes y cuidando de su familia.
Por primera vez se reproducen en facsímil estos documentos custodiados por el Archivo General de Indias y el Archivo Histórico Provincial de Sevilla; además de cartografía histórica de Oporto y Getaria como homenaje a los lugares de nacimiento de ambos navegantes. La transcripción de los testamentos corrió a cargo de Juan Gil (Magallanes) y Manuel Romero (Elcano); mientras que las armerías y la cartografía histórica (procedente de la Biblioteca Nacional de Austria, el Archivo General de Simancas y la Biblioteca Foral de Bizkaia) son obra de Borja Aguinagalde y Clotilde Olaran, respectivamente.
La primera circunnavegación fue una hazaña que tuvo destacadas repercusiones en todos los aspectos: comercio, comunicaciones, botánica y zoología, cartografía, la propia constatación de que la Tierra era esférica… El mundo no volvió a ser como se conocía y hoy, quinientos años después de este hito, se considera el punto de partida de la primera globalización.
239 hombres y cinco naos partieron de Sevilla en 1519 en busca de una ruta por el Oeste hacia las Indias. Tres años después regresaron 18 hombres y una nao tras haber dado la vuelta al mundo. Tal viaje ha quedado ligado a la memoria de Magallanes, el marino que descubrió el estrecho y dio nombre al Pacífico; y de Elcano, capitán de la Victoria que puso fin a la travesía en Sanlúcar de Barrameda.
VER NOTA: https://www.notariado.org/portal/-/los-testamentos-de-elcano-y-magallanes